jueves, 26 de diciembre de 2013

The Return of the King






Cartel de la edición.





The Return of the King Feanor Edition trata de dar un nuevo enfoque a la película original y hacerla lo más fiel posible a la obra de Tolkien.
Es un proyecto enfocado, en principio, para los amantes de la obra escrita pero debido a los grandes cambios introducidos se puede considerar como una versión alternativa de la película en la que las conocidas escenas se van sucediendo pero, a la vez, siendo éstas distintas. Es por ese enfoque diferente, ese carácter de "cómo pudo haber sido", lo que convierte a la edición Feanor en una pieza tan interesante.








Tras "Las dos torres" llegó el turno de la tercera y última parte del Señor de los Anillos; "El Retorno del Rey". Convertida ya en un fenómeno de masas, existía mucha expectación por ver la última entrega de la trilogía.
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Sobre la edición
Con más de 230 cambios, 29 tomas nuevas de efectos visuales, 73 minutos recortados, un montaje reestructurado y un buen número de escenas alteradas. Nos encontramos ante la versión de El Retorno del Rey más fiel a la obra de Tolkien. Tanto en estructura como en tono. Dando como resultado una historia más ágil, seria y fiel.



Teaser Trailer.



Un vistazo a Denethor.


A partir de aquí spoilers a por todas partes.

Como siempre, recomiendo no seguir leyendo si estás interesado en verla ya que, en caso contrario, arruinas buena parte de las sorpresas. En cualquier caso, has de saber que voy a repasar la mayoría de los cambios. No todos, pero sí los más destacados.


Principales cambios
Saruman no muere.
Aragorn no interviene cuando Pippin coge la Palantir.
Se elimina el resentimiento que existe entre Rohan y Gondor.
Arwen no pedirá que se reforge Narsil.
Se omite el conocimiento que se tiene sobre los Corsarios Negros.
Pippin no enciende las almenaras.
Mejorado el personaje de Denethor.
Frodo no manda a Sam a casa.
Aragorn usará la Palantir en el Sagrario de un modo distinto al conocido.
Se relaja el romance entre Aragorn y Eowyn.
Se mejora el Ejercito de los Muertos.
Se mejora la relación entre Gandalf y Denethor.
Alterada la secuencia de la entrada en el tunel.
Se omite la pelea entre Frodo y Gollum.
El enfrentamiento entre Gandalf y el Rey Brujo queda en tablas.
Se altera la secuencia de la incineración de Denethor.
Alterada la secuencia de la entrada de Sam en Cirith Ungol.
Alterada la secuencia donde se delibera atraer la atención de Sauron.
Eliminada la secuencia donde Aragorn usa la Palantir.
Eliminado el romance entre Eowyn y Faramir.
Alteraciones en la secuencia con Boca de Sauron.
Cambios en la escena de la destrucción del Anillo.






CAMBIOS



Saruman





Muy cerca del principio nos topamos con el primer, y uno de los grandes, cambio de la edición.

Saruman no muere por el apuñalamiento de Grima y posterior caída.

Motivo del cambio
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Película original VS Libro
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Pippin y la Palantir





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Motivo del cambio
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Película original VS Libro
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Rohan contra Gondor





Se suprime la mala relación que existe entre Rohan y Gondor

Motivo del cambio
Dotar de mayor credibilidad a la película.

Película original VS Libro
En el libro no existe la animadversión que muestra la película entre Rohan y Gondor.

El motivo de esta licencia fue para que estas escenas tuvieran una mayor fuerza y para simplificar los hechos del libro.
En la película veremos como, primero, Denethor rehúsa pedir ayuda a Rohan (tendrá que intervenir Gandalf) y, segundo, Theoden, en primera instancia,  es reacio de socorrer a Gondor. Cambiará de parecer al final.

Personalmente, esta licencia me parece poco afortunada. La actitud que muestran Theoden y Denethor parece más propia de un niño que de un hombre hecho y derecho.
Pongámonos en situación; La Tierra Media se encuentra al borde del colapso. Una poderosa coalición de fuerzas enemigas que representan el mal están en posición de arrasar los reinos de los hombres (en la película solo son dos; Gondor y Rohan). La situación de estos reinos es crítica ante la abrumadora superioridad enemiga. A pesar de todo ello, sus lideres son incapaces de dejar las diferencias a un lado y cooperar juntos. No es una actitud muy propia de unos líderes que digamos. Además, hemos de tener en cuenta que, en la película, son los dos únicos reinos humanos que hay en la Tierra Media. Lo que agrava esta actitud.
Es una lástima que las películas no se expandiesen más en la Tierra Media y nos hayan dejado una imagen tan simplificada de este mundo.







Narsil





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Motivo del cambio
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Película original VS Libro
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Corsarios Negros





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Motivo del cambio
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Película original VS Libro
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Almenaras





Pippin no encenderá las almenaras.

Motivo del cambio
Omitir la mala relación que existe entre Gondor y Rohan.
Mejorar el personaje de Denethor.



Película original VS Libro
Esta escena es inventada para la película. En el libro no existe.
Tampoco existe, como hemos visto, esa mala relación entre Gondor y Rohan.

Todo esto es debido a que en las películas se simplificó el mundo de la Tierra Media. Los buenos, por así decirlo, son Rohan y Gondor. Más allá de ellos no hay nada, o al menos nada que realmente cuente como elfos o enanos. De este modo, la rencilla que existe entre Rohan y Gondor consigue dotar de una mayor tensión a estas escenas.

En el libro, Gondor, ante la inminencia de la batalla de Pelennor y su inferioridad ante las fuerzas enemigas pedirá ayuada a Rohan de forma desesperada. Para ello Hirgon, mensajero de Denethor, le entregará a Theoden la "Flecha Roja".

Veamos cómo transcurre esta escena en la obra original:

"...Entró un hombre de elevada estatura, y Merry contuvo  un grito, pues por un instante le pareció que Boromir, resucitado, había vuelto a la tierra. Pero en seguida vio que no era así; el hombre era un desconocido, aunque se parecía a Boromir como un hermano, alto, arrogante y de ojos grises. Iba vestido a la usanza de los caballeros con una capa de color verde oscuro sobre una fina cota de malla; el yelmo que le cubría la cabeza tenía engastada en el frente una pequeña estrella de plata. Llevaba en la mano una sola flecha, empenachada de negro; la espiga era de acero, pero la punta estaba pintada de rojo. 
Se hincó a media rodilla y le presentó la flecha a Théoden. 
—¡Salve, Señor de los Rohirrim, amigo de Góndor! —dijo—. Soy yo, Hirgon, mensajero de Denethor, quien os trae este símbolo de guerra. Un grave peligro se cierne sobre Góndor. Los Rohirrim nos han ayudado muchas veces, pero hoy el Señor Denethor necesita de todas vuestras fuerzas y toda vuestra diligencia, si es que se ha de evitar la pérdida de Góndor. 
—¡La Flecha Roja! —dijo Théoden, sosteniendo la flecha en la mano, como alguien que recibiera con temor un aviso largamente esperado. La mano le temblaba—. ¡La Flecha Roja no se había visto en la Marca en todos mis años! ¿Es posible que las cosas hayan llegado a tal extremo? ¿Y en cuánto estima el Señor Denethor lo que llama mis fuerzas y mi diligencia? 
—Eso nadie lo sabe mejor que vos, Señor —dijo Hirgon—. Pero bien puede ocurrir que antes de mucho Minas Tirith sea cercada, y a menos que vuestras fuerzas os permitan desbaratar un sitio de varios ejércitos, el señor Denethor me ha pedido que os diga que los valientes brazos de los Rohirrim estarán mejor protegidos detrás de las murallas que fuera de  ellas. 
—Pero el Señor Denethor sabe que somos un pueblo más apto para combatir a caballo y en campo abierto, y que vivimos dispersos y necesitamos cierto tiempo para reunir a nuestros jinetes. ¿No es verdad, Hirgon, que el Señor de Minas Tirith sabe más de lo que da a entender en su mensaje? 
Porque ya estamos en guerra, como tú mismo has visto, y tu llegada nos encuentra en parte preparados. Gandalf el Gris estuvo entre nosotros, y ahora mismo nos acantonamos para combatir en el Este. 
—Lo que el Señor Denethor puede conocer o adivinar de todas estas cosas, no lo sé decir —respondió Hirgon—. Pero nuestra situación es realmente desesperada. Mi señor no os envía ninguna orden, os pide solamente que recordéis una antigua amistad y unos juramentos pronunciados hace mucho tiempo; y que por vuestro propio bien hagáis todo cuanto esté a vuestro alcance. Hemos sabido que muchos reyes han venido del Este al servicio de Mordor. Desde el Norte hasta el campo de Dagorlad hay escaramuzas y rumores de guerra. En el Sur, los Haradrim avanzan: en todas nuestras costas ha cundido el miedo, de suerte que poca o ninguna ayuda contamos recibir de allí. ¡Daos prisa! Es el destino de nuestro tiempo lo que se decidirá delante de los muros de Minas Tirith, y si la marea no 
es contenida ahora inundará los campos fértiles de Rohan, y entonces ni aun este refugio en las montañas será un abrigo para nadie. 
—Son tristes noticias —dijo Théoden—, mas no del todo inesperadas. Dile a Denethor que aun cuando Rohan no corriese peligro alguno, igualmente acudiríamos en su auxilio. 
Pero hemos tenido muchas bajas en nuestras batallas con el traidor Saruman, y como bien lo demuestran las noticias que él mismo nos envía, no podemos descuidar las fronteras del norte y del este. El Señor Oscuro parece disponer ahora de un poder tan enorme que no sólo podría contenernos ante los muros de la Ciudad, sino también golpear con gran fuerza del otro lado del río, más allá de la Puerta de los Reyes.
»Pero no hablemos más de los consejos que dictaría la prudencia. Acudiremos. La revista de las tropas ha sido convocada para mañana. En cuanto todo esté en orden, partiremos. Diez mil lanzas hubiera podido enviar a través de la llanura para consternación de vuestros enemigos. Ahora serán menos, me temo; no dejaré todas mis fortalezas indefensas. No obstante, seis mil jinetes me seguirán. Pues habrás de decirle a Denethor que en esta hora el Rey de la Marca en persona descenderá al País de Góndor, aunque quizá no regrese. Pero el camino es largo, y es preciso que hombres y bestias lleguen a destino con fuerzas para combatir. Tal vez dentro de una semana, a contar de mañana por la mañana, oigáis llegar desde el norte el clamor de los Hijos de Eorl. 
—¡Una semana! —dijo Hirgon—. Si no puede ser antes, que así sea. Pero es probable que dentro de siete días no encontréis nada más que muros en ruinas, a menos que nos llegue algún socorro inesperado. En todo caso, alcanzaréis a desbaratarles los festejos a los orcos y a los endrinos en la Torre Blanca. 
—Al menos eso haremos —dijo Théoden..."

Como vemos Theoden no duda ni un instante en prestar ayuda a Gondor a pesar de tener ya suficientes problemas en sus propias tierras.
También podemos entrever lo distinto que es el Denethor del libro a el de las películas.

Ante la imposibilidad de recrear esta escena en la edición Feanor opte por conservar la llamada de auxilio a través del encendido de las almenaras pero dando a entender que se encienden por orden, o con el consentimiento, de Denethor. Y Rohan, nada más tener noticia, iniciara los preparativos para asistir a Gondor.









Denethor





Se ha hecho lo posible en mejorar la imagen de Denethor.

Motivo del cambio
Hacerlo más parejo del personaje original.

Película original VS Libro
Denethor es uno de los personajes que más mal parados han salido en la adaptación cinematográfica. Se han servido de él como vehículo para dar más importancia a otros personajes o crear situaciones más dramáticas.

El hecho es que, Denethor, en el libro, ante una presión inmensa, acabará por quebrarse. Será entonces cuando tratará de inmolarse junto a Faramir. Antes de eso su comportamiento será, relativamente, normal. Para cuando llega Gandalf, Denethor, ya está bajo una gran presión.




Veamos como se describe a Denethor en el libro:


"—Cuida tus palabras, Peregrin Tuk. No es momento de mostrar el desparpajo típico de los hobbits. Théoden es un anciano bondadoso. Denethor es de otra raza, orgulloso y perspicaz, más poderoso y de más alto linaje, aunque no lo llamen rey...




...En el otro extremo del salón, sobre un estrado precedido de muchos escalones, bajo un palio de mármol en forma de yelmo coronado, se alzaba un trono; detrás del trono, tallada en la pared y recamada de piedras preciosas, se veía la imagen de un árbol en flor. Pero el trono estaba vacío. Al pie del estrado, en el primer escalón que era ancho y profundo, había un sitial de piedra, negro y sin ornamentos, y en él, con la cabeza gacha y la mirada fija en el regazo, estaba sentado un anciano. Tenía en la mano un cetro blanco de pomo de oro. No levantó la vista. Gandalf y Pippin atravesaron el largo salón hasta detenerse a tres pasos del escabel en que el anciano apoyaba los pies... 






...Entonces el anciano alzó los ojos. Pippin vio el rostro de estatua, la orgullosa osamenta bajo la piel de marfil, y la larga nariz aguileña entre los ojos sombríos y profundos; más que a Boromir, le recordó a Aragorn...







...—Volvió hacia Gandalf la mirada sombría, y Pippin notó de pronto un parecido entre los dos, y sintió la tensión entre ellos, como si viese una línea de fuego  humeante que de un momento a otro pudiera estallar en una llamarada.
A decir verdad, Denethor tenía mucho más que Gandalf los aires de un gran mago: una apostura más noble y señorial, facciones más armoniosas; y parecía más poderoso; y más viejo...




...»Y tú, mi señor Mithrandir, también podrás ir y venir a tu antojo. Nada te impedirá visitarme cuando tú lo quieras, salvo durante mis breves horas de sueño. ¡Deja pasar la cólera que ha provocado en ti la locura de un anciano, y vuelve luego a confortarme! 
—¿Locura? —respondió Gandalf—. No, monseñor, si alguna vez te conviertes en un viejo chocho, ese día morirás. Si hasta eres capaz de utilizar el dolor para ocultar tus maquinaciones. ¿Crees que no comprendí tus propósitos al interrogar durante una hora al que menos sabe, estando yo presente? 
—Si lo has comprendido, date por satisfecho —replicó Denethor—. Locura sería, que no orgullo, desdeñar ayuda y consejos en tiempos de necesidad; pero tú sólo dispensas esos dones de acuerdo con tus designios secretos. Mas el Señor de Gondor no habrá de convertirse en instrumento de los designios de otros hombres, por nobles que sean. Y para él no hay en el mundo en que hoy vivimos una meta más alta que el bien de Gondor; y el gobierno de Gondor, monseñor, está en mis manos y no en las de otro hombre, a menos que retornara el rey..."



Como vemos, en el libro de loco tiene poco, de momento.
En la película, sin embargo, se nos presenta a un Denethor más plano y simplificado Desde su primera aparición ya muestra un comportamiento un tanto histriónico, errático. Ya antes nos han ido dejando caer, por mediación de algunos comentarios, que Denethor sufre demencia. Esta idea se ve reforzada por las diferentes imágenes (cuando come) y comportamientos que nos muestran de él. Hasta que al final decida inmolarse con Faramir.

A diferencia de la película, en el libro Denethor mantiene la compostura hasta el último momento. En el que perderá la razón.

¿A qué se debe este cambio repentino de comportamiento? Lo explicaré más adelante. En el apartado de "Muerte de Denethor".













Frodo, Sam y Smeagol





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Motivo del cambio
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Película original VS Libro
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El Sagrario.





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Motivo del cambio
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Película original VS Libro
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Romance entre Eowyn y Aragorn





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Motivo del cambio
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Película original VS Libro
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El ejercito de los Muertos





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Motivo del cambio
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Película original VS Libro
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Gandalf contra Denethor





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Motivo del cambio
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Película original VS Libro
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Entrada en el tunel





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Motivo del cambio
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Película original VS Libro
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Lucha entre Gollum y Frodo





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Motivo del cambio
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Película original VS Libro
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Enfrentamiento entre Gandalf y el Rey Brujo





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Motivo del cambio
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Película original VS Libro
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"...Tres veces gritó. Tres veces retumbó contra la Puerta el gran ariete. Y al recibir el último golpe, la Puerta de Góndor se rompió. Como al conjuro de algún maleficio siniestro, estalló y voló por el aire; hubo un relámpago enceguecedor, y las batientes cayeron al suelo rotas en mil pedazos. El Señor de los Nazgül entró a caballo en la ciudad. Una gran forma negra recortada contra las llamas, agigantándose en una inmensa amenaza de desesperación. 
Así pasó el Señor de los Nazgül bajo la arcada que ningún enemigo había franqueado antes, y todos huyeron ante él. Todos menos uno. Silencioso e inmóvil, aguardando en el espacio que precedía a la Puerta, estaba Gandalf montado en Sombragris; Sombragris que desafiaba el terror, impávido, firme como una imagen tallada en Rath Diñen, único entre los caballos libres de la tierra. 
—No puedes entrar aquí —dijo Gandalf, y la sombra se detuvo—. ¡Vuelve al abismo preparado para ti! ¡Vuelve! ¡Húndete en la nada que te espera, a ti y a tu Amo! ¡Vete! 
El Jinete Negro se echó hacia atrás la capucha, y todos vieron con asombro una corona real; pero ninguna cabeza visible la sostenía. Las llamas brillaban, rojas, entre la corona y los hombros anchos y sombríos envueltos en la capa. Una boca invisible estalló en una risa sepulcral. 
—¡Viejo loco! —dijo—, ¡Viejo loco! Ha llegado mi hora. ¿No reconoces a la Muerte cuando la ves? ¡Muere y maldice en vano! —Y al decir esto levantó en alto la hoja, y del filo 
brotaron unas llamas. Gandalf no se movió. Y en ese instante, lejano en algún patio de la ciudad, cantó un gallo. Un canto claro y agudo, ajeno a la guerra y a los maleficios, de bienvenida a la mañana que en el cielo, más allá de las sombras de la muerte, llegaba con la aurora. Y como en respuesta se elevó en la lejanía otra nota. Cuernos, cuernos, cuernos. Los ecos resonaban débiles en los flancos sombríos del Mindolluin. Grandes cuernos del Norte, soplados con una fuerza salvaje. Al fin Rohan había llegado..."

s






Muerte de Denethor





Gandalf no golpeará a Denethor, ni hara que Sombragris lo patee.
Denethor no saldrá corriendo envuelto en llamas.

Motivo del cambio
Dar más dignidad al personaje de Denethor y, así mismo, a Gandalf.
Dotar a la escena de más seriedad y credibilidad.


Película original VS Libro
En el libro Denethor, tras sucumbir a la presión, acabara por inmolarse como hicieron algunos de los reyes de la antigüedad.
En la película el final es parecido. Han añadido respecto al libro que Denethor correrá en vuelto en llamas hasta lanzarse por el espolón, que Gandalf le sacudirá diversas veces y en general todo está más, como decirlo, intensificado.

Llegados a este punto de la película, que Gandalf propine golpes a Denethor está más que justificado. De hecho no es la primera vez que le atiza. La primera vez es justo antes del asedio de Minas Tirith. Momento en el cual, Denethor, perderá el juicio al creer que su hijo Faramir ha muerto y contemplar las tropas enemigas ante las murallas. En ese momento será cuando Galdalf le golpee y todo sea dicho lo hace delante de todo el mundo sin que ninguno de los soldados de Gondor mueva un solo dedo para tratar de impedirlo. En ese momento Gandalf pasará a ser el virtual señor de Minas Tirith.
Como decía, en este punto, que Gandalf atice a Denethor, cosa impropia de Gandalf, no es mayor problema. Si una cosa han conseguido es que el personaje de Denethor caiga antipático.
Es una pena que no hayan tratado con más profundidad a Denethor y su personaje se haya reducido al de un pelele repelente.

Para la edición Feanor he mejorado el personaje pasando de ser un autentico fastidio a solo un fastidio.

A continuación repaso la historia real que hay detrás de Denethor que le llevará a inmolarse.


Denethor es el senescal de Gondor y ostenta el poder del rey hasta que éste retorne. Este es un asunto muy delicado ya que la casa de los senescales llevan cientos de años ejerciendo como reyes y no parece que la situación vaya a cambiar. Sin embargo, Aragorn aparecerá en escena para reclamar el trono. Ésta es una de las preocupaciones que tiene Denethor, la otra y más grande, es el avance de los ejércitos de Sauron.
Lo que en la película apenas se deja entrever y en el libro se trata con algo más de detalle es que Denethor cuenta con una Palantir y que lleva tiempo usándola para recabar información sobre el enemigo. El uso de las Palantiri conlleva grandes riesgos y es, en definitiva, lo que le llevará a su perdición. Y es que la visiones que tenía Denethor estaban manipuladas por Sauron.
La noche en que cae presa de la locura había consultado la Palantir y Sauron le había mostrado una verdad tergiversada de lo que le iba a deparar la batalla de Minas Tirith. Es en ese momento cuando Denethor se derrumba.
A su favor se puede decir que se requiere una gran fuera de voluntad para usar una Palantir y que él tuvo un gran aguante (recordemos que a Pippin casi le da algo por estar un momento con una). Y que, mayormente, la usó en beneficio de Gondor.



Por último dejo a continuación el pasaje original de la muerte de Denethor.


"... —Puedes —respondió Gandalf—. Pero otros quizá se opongan a tu voluntad, si conduce a la locura y la desgracia. 
¿Dónde está Faramir, tu hijo? 
—Yace aquí, en la Casa de los Senescales —dijo Denethor—. Ardiendo, ya ardiendo. Pusieron fuego a la carne. Pero pronto arderán todos. El Oeste ha sucumbido. Todo será devorado por un gran incendio, y todo acabará. ¡Cenizas! ¡Cenizas y humo al viento! 
Entonces Gandalf, viendo que en verdad Denethor había perdido la razón, y temiendo que hubiese hecho ya algo irreparable, se precipitó en el interior, seguido por Beregond y Pippin, en tanto Denethor retrocedía hasta la mesa. Y allí yacía Faramir, todavía hundido en sueños de fiebre. Había haces de leña debajo de la mesa, y grandes pilas alrededor; y todo estaba impregnado de aceite, hasta las ropas de Faramir y las mantas que lo cubrían; pero aún no habían encendido el fuego. Gandalf reveló entonces la fuerza oculta que había en él, como la luz de poder que ocultaba bajo el manto gris. Se encaramó de un salto sobre las pilas de leña, y levantando al enfermo saltó otra vez al suelo; y con Faramir en los brazos fue hacia la puerta. Y mientras lo llevaba Faramir se quejó en sueños, y llamó a su padre. 
Denethor se sobresaltó como alguien que despierta de un trance, y el fuego se le apagó en los ojos, y lloró; y dijo: 
—¡No me quites a mi hijo! Me llama. 
—Te llama, sí —dijo Gandalf—, pero aún no puedes acudir a él. Porque ahora en el umbral de la muerte necesita ir en busca de curación, y quizá no la encuentre. Tu sitio, en cambio, está en la batalla de tu ciudad, donde acaso la muerte te espera. Y tú lo sabes, en lo profundo de tu corazón. 
—Ya no despertará nunca más —dijo Denethor—. Es en vano la batalla. ¿Para qué desearíamos seguir viviendo? ¿Por qué no partir juntos hacia la muerte? 
—Nadie te ha autorizado, Senescal de Góndor —respondió Gandalf—, a decidir la hora de tu muerte. Sólo los reyes paganos sometidos al Poder Oscuro lo hacían, inmolándose por orgullo y desesperación y asesinando a sus familiares para sobrellevar mejor la propia muerte. —Y al decir esto traspuso el umbral y sacó a Faramir de la morada, y lo depositó otra vez en el féretro en que lo habían llevado, y que ahora estaba bajo el pórtico. Denethor lo siguió, y se detuvo tembloroso, mirando con ojos ávidos el rostro de su hijo. Y por un instante, mientras todos observaban silenciosos e inmóviles aquella escena de dolor, pareció que Denethor vacilaba. 
—¡Animo! —le dijo Gandalf—. Nos necesitan aquí. Todavía puedes hacer muchas cosas. Entonces, de improviso, Denethor rompió a reír. De nuevo se irguió, alto y orgulloso, y volviendo a la mesa con paso rápido tomó de ella la almohada en que había apoyado la cabeza. Y mientras iba hacia la puerta le quitó la mantilla que la cubría, y todos pudieron ver lo que llevaba en las manos: ¡un palantir!. Y cuando levantó la Piedra en alto, tuvieron la impresión de que una llama empezaba a arder en el corazón de la esfera; y el rostro enflaquecido del Senescal, iluminado por aquel resplandor rojizo, les pareció como esculpido en piedra dura, perfilado y de sombras negras: noble, altivo y terrible. Y los ojos le relampagueaban. 
—¡Orgullo y desesperación! —gritó—. ¿Creíste por ventura que estaban ciegos los ojos de la Torre Blanca? No, Loco Gris, he visto más cosas de las que tú sabes. Pues tu esperanza sólo es ignorancia. ¡Ve, afánate en curar! ¡Parte a combatir! Vanidad. Quizá triunfes un momento en el campo, por un breve día. Mas contra el Poder que ahora se levanta no hay victoria posible. Porque el dedo que ha extendido hasta esta ciudad no es más que el primero de la mano. Ya todo el Este está en movimiento. Hasta el viento de tu esperanza te ha engañado: en este instante empuja por el Anduin y aguas arriba una flota de velámenes negros. El Oeste ha caído. Y para aquellos que no quieren convenirse en esclavos, ha llegado la hora de partir. 
—Tales razonamientos sólo ayudarán a la victoria del enemigo —dijo Gandalf. 
—¡Sigue esperando, entonces! —exclamó Denethor con una risa amarga—. ¿No te conozco acaso, Mithrandir? Lo que tú esperas es gobernar en mi lugar, estar siempre tú, detrás de cada trono, en el Norte, en el Sur, en el Oeste. He leído tus pensamientos y conozco tus artimañas. ¿No sé que fuiste tú quien le ordenó callar a este mediano? ¿Que lo trajiste aquí para tener un espía en mis propias habitaciones? Y sin embargo hablando con él me he enterado del nombre y la misión de cada uno de tus compañeros. ¡Sí! Con la mano izquierda quisiste utilizarme un tiempo como escudo contra Mordor, pero con la derecha intentabas traer aquí a este Montaraz del Norte, para que me suplantase. »Pero óyeme bien, Gandalf Mithrandir, yo no seré un instrumento en tus manos. Soy un Senescal de la Casa de Anárion. No me rebajaré a ser el chambelán ñoño de un advenedizo. Porque aun cuando pruebe la legitimidad de su derecho, tendrá que descender de la dinastía de Isildur. Y yo no voy a doblegarme ante alguien como él, último retoño de una casa arruinada que perdió hace tiempo todo señorío y dignidad. 
—¿Qué querrías entonces —dijo Gandalf—, si pudieras hacer tu voluntad? 
—Querría que las cosas permanecieran tal como fueron durante todos los días de mi vida —respondió Denethor—, y en los días de los antepasados que vinieron antes: ser el Señor de la Ciudad y gobernar en paz, y dejarle mi sitial a un hijo mío, un hijo que fuera dueño de sí mismo y no el discípulo de un mago. Pero si el destino me niega todo esto,entonces no quiero nada: ni una vida degradada, ni un amor compartido, ni un honor envilecido. 
—A mí no me parece que devolver con lealtad un cargo que le ha sido confiado sea motivo para que un Senescal se sienta empobrecido en el amor y el honor —replicó Gandalf—. Y al menos no privarás a tu hijo del derecho de elegir, en un momento en que su muerte es todavía incierta. Al oír estas palabras los ojos de Denethor volvieron a relampaguear, y poniéndose la Piedra bajo el brazo, sacó un puñal y se acercó a grandes pasos al féretro. Pero Beregond se adelantó de un salto, irguiéndose entre Denethor y Faramir. 
—¡Ah, eso era! —gritó Denethor—. Ya me habías robado la mitad del corazón de mi hijo. Ahora me robas también el corazón de mis súbditos, y así ellos podrán arrebatarme a mi hijo para siempre. Pero en algo al menos no podrás desafiar mi voluntad: decidir mi propio fin. 
»¡Venid, venid! —gritó a los sirvientes—. ¡Venid a mí, si no sois todos traidores! —Dos hombres se lanzaron escaleras arriba. Denethor arrancó una antorcha de la mano de uno de ellos y volvió a entrar rápidamente en la Casa. Y antes que Gandalf pudiera impedírselo, había arrojado el tizón sobre la pira; la leña crepitó y estalló al instante en llamaradas. De un salto Denethor subió a la mesa, y de pie, entre el fuego y el humo, recogió del suelo el cetro de la Senescalía, y apoyándolo contra la rodilla lo partió en dos. Y arrojando los fragmentos en la hoguera se inclinó y se tendió sobre la mesa, mientras con ambas manos apretaba contra el pecho el Palantir. Y se dice que desde entonces, todos aquellos que escudriñaban la Piedra, a menos que tuvieran una fuerza de voluntad capaz de desviarla hacia algún otro propósito, sólo veían dos manos arrugadas y decrépitas que se consumían entre las llamas. Gandalf, horrorizado y consternado, volvió la cabeza y cerró la puerta. Y mientras los que habían quedado fuera oían el rugido de las llamas dentro de la casa, Gandalf permaneció un momento inmóvil en el umbral, en silencio. De pronto, Denethor lanzó un grito horripilante, y ya nunca habló, ni ningún mortal volvió a verlo en el mundo de los vivos..."


Del texto anterior vemos como se han tomado algunas frases para usarlas en la película pero sacadas de contexto. Algunas las pronuncia en su primera aparición en pantalla. Cuando en realidad las dice en sus peores momentos.
También es curioso ver como en el libro la escena final alcanza una gran fuerza cuando Denethor revela que tiene un palantir y en la película se omitió que tuviera un palantir. Es una de esas cosas que uno no sabe por donde cogerla porque por un lado los desarrolladores son capaces de explotar cualquier detalle con tal de llamar la atención del espectador y luego, por otra banda, dejan pasar grandes momentos.






Denethor en llamas:




Como anécdota he calculado, más o menos la distancia, que Denethor tuvo que recorrer en vuelto en llamas para tirarse por el espolón.




Reconozco que la escena en la película tiene una gran fuerza visual pero no deja de ser un momento películero donde los haya.




El resultado es que Denethor debió recorrer unos 1.350 metros. Lo que no hace sino ratificar lo que he dicho más arriba. Que Denethor ostentaba una gran fortaleza. Y en cuanto al tiempo que debió emplear en llegar, vamos a suponer que el hecho de estar en llamas de alguna forma sirvió para espolearle, sería de alrededor de 5 minutos. No está nada mal para un anciano.







Sam en Cirith Ungol





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Motivo del cambio
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Película original VS Libro
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Deliberando el siguiente paso





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Motivo del cambio
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Película original VS Libro
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Aragorn y la Palantir





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Motivo del cambio
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Película original VS Libro
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Romance entre Faramir y Eowyn





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Motivo del cambio
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Película original VS Libro
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Boca de Sauron





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Motivo del cambio
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Película original VS Libro
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Destrucción del Anillo Único





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Motivo del cambio
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Película original VS Libro
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work in progress...